miércoles, 23 de junio de 2010

Otra historia que se va al cajón.

Aguantás, aguantás hasta que no das más. En ese mismo instante podés safar, mandar todo a la mierda, putear a la última persona con la que hablaste (chateaste) o prender un cigarrillo e intentar escribir algo.

¿Qué me pasa si hace unos días estaba a pleno y era el tipo más tranquilo del mundo? ¿Por qué de a ratos perdí el control y se me fue todo a las nubes?


Bueh, ya me tranquilicé un poco. ¿Sabés qué? Me cansé y no preciso darte motivos. Es increíble que me haya cansado antes de intentarlo.

lunes, 7 de junio de 2010

Me encontré.

Algo tengo que escribir. Cada vez que pasa algo que sale del esquema "facu, tocar la armónica, escuchar música y salir", siento ese cosquilleo en los dedos que solo puedo calmar acá.

Y sí, pasaron un par de cosas. Recuperé el contacto con uno de los tipos más interesantes que conocí. Ese que apareció "en la casa de la amiga de", un fin de semana que me había ido a pasear a Capital. Encuentro bastante anecdótico si se tiene en cuenta la cantidad de cosas que compartimos en tan poco tiempo.

¿Habrá sido coincidencia haberlo conocido? No no, las coincidencias no existen. Hablar de nuevo con este tipazo me ayudó a reafirmar mi idea de que lo que pasa, pasa por algún motivo. Nada pasa porque sí. Hoy en día es uno de los pocos que siento realmente un amigo.


Dejame pensar. Haber pedido un mail hace poco más de un año y que me hayan pasado otro, tampoco fue coincidencia ¿Por qué estoy tan seguro de eso? En ese mail, esas 7 letras, un arroba, un guión bajo y un ".com", encontré a una de las mujeres más lindas que pude conocer. No me pude haber topado con ella desde el azar.

¿Destino? ¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿Suerte? Yo creo que no hay que mirar más allá de lo evidente, no hubo más que un par de elecciones. Decidí conocerla y ella decidió dejarse conocer.

Saber que nos conocimos porque así lo quisimos, suena bien, tiene sentido. Me da la tranquilidad de que podemos hacer de ese encuentro lo que se nos ocurra, ir tan lejos como queramos. Inventar una historia que dure años, inventar un par de peleas en el medio, decidir qué intensidad agregarle a los sentimientos, depende solamente en nosotros. Es nuestra historia y nos pertenece.

¿Querés suponer que los astros tienen que ver? ¿Querés seguir a tu carta astral? Estás en todo tu derecho de hacerlo. Al fin y al cabo, estás eligiendo qué hacer.


Como corresponde, lo mejor para el final. Hace una semana salí a encontrarme, este fin de semana que pasó, me encontré. Me llevó menos tiempo del que pensaba, solo tenía que abrir los ojos.

martes, 1 de junio de 2010